miércoles, 15 de julio de 2015

ETICA DEL CUIDADO: La Teoría de Carol Gilligan

Carol GilliganCarol Gilligan fue una de las colaboradoras de Kohlberg en sus investigaciones sobre dilemas y razonamientos morales, (en 1997 Gilligan se convirtió en la primera profesora de estudios de género de la Universidad de Harvard), sin embargo, debido a que este último no tomaba en cuenta las preocupaciones y justificaciones de muchas mujeres (Kohlberg centró gran parte de sus estudios únicamente en sujetos del sexo masculino) en su sistema de dilemas morales, decidió elaborar una teoría llamada: “Ética del cuidado”, dicha teoría considera que los infantes de diferente sexo piensan de diferente manera y que esto no implica que ellas tengan menores capacidades para hacer razonamientos morales.

Las mujeres, según Gilligan, se preocupan por los demás, tienen mayor capacidad emocional, son más sensibles y privilegian las responsabilidades por encima del cumplimiento abstracto de deberes y el ejercicio de derechos.

A diferencia de Kohlberg y su teoría llamada “Ética de la justicia” centrada en los razonamientos morales, es decir, las razones que tienen las personas para elegir una u otra acción, Carol Gilligan decidió contemplar como sujeto de estudio a las mujeres y dilemas morales reales (por ejemplo: el aborto).

PreocuparEn las siguientes líneas mencionaremos algunas de las ideas y conclusiones que Carol Gilligan aporta a partir del análisis y las entrevistas realizadas a distintas mujeres ante un dilema moral como lo es el aborto.

Inicialmente, Carol Gilligan realizó a un grupo de mujeres preguntas de distinta índole, por ejemplo, en algunas de ellas cuestionaba a las mujeres participantes sobre el significado de moral. En la mayoría de las respuestas las participantes coincidían en identificar a la moral como “el deseo de no lastimar a los otros”, sin embargo, en otras más la moral, o una persona moral, era concebida como “aquella que ayuda a los otros”. Otro tipo de respuestas fueron: la moralidad se debía ejercer con “respeto hacia las demás personas y hacia uno mismo”; la persona moral es aquella que “ayuda a los otros”. Al ir explorando cada una de las participaciones estableció que la decisión moral es el ejercicio de elegir y la buena voluntad para aceptar la responsabilidad por esa elección.

Como fundamento de su investigación, Carol Gilligan reconoce que existen dos diferentes construcciones del dominio moral: uno tradicionalmente asociado con la masculinidad y la palabra pública de “poder social” y el otro con feminidad y la privacidad de “intercambio doméstico”. Hasta aquí se conciben dos tipos de lenguaje de discurso moral: el de las mujeres y el de los hombres.

Se desprenden diversas interrogantes de la anterior aseveración, ya que para la sociedad en general existen conceptos diferentes de quién debe ser una buena o mala mujer y de quién debe ser un buen o mal hombre. Por ejemplo, en el mejor de los casos, las mujeres son socialmente identificadas como: “recipiente de discreción, amabilidad y fácil expresión de sentimientos” (Broverman et al., 1972). Gilligan considera así que las mujeres se sienten excluidas de la participación directa en la sociedad.

En relación con las múltiples entrevistas realizadas a mujeres que se enfrentan ante un dilema moral, como es el aborto y las consecuencias que de dicha elección han de surgir (las mujeres fueron entrevistadas dos veces, primero durante el tiempo en que estaban haciendo sus decisiones, en el primer trimestre de un embarazo confirmado y después al siguiente año), Carol Gilligan a partir de las respuestas proporcionadas considera lo siguiente:
  1. El embarazo ocurre bajo una variedad de circunstancias.
  2. En orden para ser capaz de cuidar a algún otro, uno debe ser primero capaz de tomar responsabilidad de sí mismo.
  3. El crecimiento desde la infancia es concebido como un movimiento del egoísmo a la responsabilidad.
  4. El embarazo por sí mismo confirma la feminidad.
  5. La decisión del aborto da a ellas una oportunidad, para el ejercicio maduro de la elección responsable.
  6. Ver la concepción de sí mismo incluye la posibilidad para hacer las cosas correctas, la habilidad para ver en uno mismo el potencial de ser bueno.
  7. El cambio desde el egoísmo hasta la responsabilidad, es un cambio hacia la participación social.
  8. La moralidad es materia de sanción impuesta por una sociedad.
  9. La voz convencional femenina emerge mediante la habilidad para cuidar y proteger a los otros.
  10. Ser responsable con uno mismo es necesario para reconocer qué es lo que uno está haciendo.
  11. En la primera transición: egoísmo a la responsabilidad, las mujeres hacen una lista en orden para traer a su consideración las necesidades de otros más que las propias.
  12. En la segunda transición: de la bondad a la verdad, las necesidades del yo tienen que ser descubiertas reflexivamente.
  13. Existe una diferencia entre lo que se quiere hacer y lo que se piensa hacer.
El imperativo moral que emerge repetidamente en sus entrevistas con mujeres es un requerimiento para interesarse, una responsabilidad para discernir y aliviar problemas reales y reconocibles de este mundo.

Para los hombres, el imperativo moral aparece más bien como un requerimiento para respetar lo correcto de los otros y de esta manera para proteger desde la interferencia en los derechos a la vida y a la autosatisfacción.

La insistencia de las mujeres sobre la preocupación, al principio es autocrítica, más que auto-protectiva, los hombres inicialmente conciben obligaciones en otros negativamente en términos de no interferencia.

El desarrollo para ambos sexos podría, por tanto, parecer traer consigo una integración de derechos y responsabilidades a través del descubrimiento de la complementariedad de estos dos panoramas dispares.

Para las mujeres, la integración de derechos y responsabilidades se lleva a cabo a través del entendimiento de la lógica de la psicología de la relación.

Aunque varias de las mujeres en el estudio del aborto claramente articulan una ética de posición posconvencional, ninguna de ellas es considerada como principios en los juicios morales normativos de los dilemas hipotéticos de Kohlberg.
Etapas del desarrollo moral, según Gilligan
ReservaCarol Gilligan considera que los sistemas de valores de las mujeres (ellas ven los asuntos morales en términos de relaciones interpersonales y responsabilidades hacia los otros, puede que les sea difícil, si no imposible, poner su propias necesidades por delante de las necesidades de aquellas personas por las que se preocupan) son diferentes a los de los hombres, sin embargo, reconoce tres etapas del desarrollo moral por las que atraviesan ambos:
Etapa 1
Orientación hacia sí mismo. La referencia es hacia el auto-interés y la sobrevivencia individual (egoísmo).

ReservaEtapa 2
La moralidad del cuidar de los demás. La referencia son los otros, en esta etapa las personas se enfocan hacia la participación social (altruismo), el autosacrificio, la autoresponsabilidad, la protección hacia los dependientes y los que están en desventaja.

Etapa 3
ReservaMoralidad de la no-violencia. Se refiere a que el interés está puesto en ambos: tanto en el sí mismo como en los demás. El foco está puesto en la negociación independiente de los conflictos (responsabilidad).










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