lunes, 6 de julio de 2015

CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA Y CLIMA EN EL AULA

Estimados docentes: El día de hoy nos dedicaremos a otro de los temas presentes en los temarios del Ministerio de Educación para la Prueba  Única de nombramiento y contratación docente de este próximo domingo 23 de agosto: la convivencia democrática y el clima en el aula.

El manejo de la convivencia, el clima del aula y la disciplina, es fundamental para la formación de los ciudadanos. Cada decisión al respecto es una lección fundamental  sobre lo que es la justicia, el respeto, los derechos humanos y la democracia. El clima del aula es uno de los factores más relevantes para la calidad educativa pues con la indisciplina se reduce y distrae el tiempo de aprendizaje, se afecta el clima de relaciones entre alumnos y entre el profesor y sus alumnos, se mina el principio de autoridad y se incrementa la probabilidad de utilizar formas violentas para resolver los conflictos.
Un clima propicio en aula se inicia a través de las emociones que surgen tanto de las relaciones y vínculos de convivencia entre estudiantes y entre estudiantes y  profesor. Luego continúa por medio de relaciones de confianza, aceptación, equidad y respeto entre las personas, que a su vez se sustentan en el establecimiento de normas consistentes.

Actividades que ayudan a manejar el clima del aula son por ejemplo, las sesiones semanales llamadas asambleas, que puede desarrollarse durante las horas de tutoría. En ellas, con ayuda del maestro los estudiantes comentan cómo les ha ido durante la semana. Felicitan a las personas que se han esforzado por mejorar algún aspecto, hacen pedidos a los compañeros y al maestro para que modifiquen alguna conducta que esté perjudicando al grupo, toman decisiones para ayudar a algún compañero que no pueda cumplir con el pedido de grupo o con su meta de aprendizaje, etc.
Debe existir un ambiente de trabajo colaborativo, de confianza y respeto por la diversidad entre sus participantes, donde el docente manifieste altas expectativas sobre sus estudiantes, propiciando y promoviendo el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. El docente debe permitir la expresión de ideas y emociones por parte de sus educandos y ellos deben sentir la necesidad de expresarse constantemente sin miedo a reprimendas o burlas, pues previamente se deberían haber establecido y consensuado normas consistentes que apoyen la labor educativa.
La disciplina puede y debe ayudar alumnos y alumnas a:
  1. Lograr el reconocimiento de sí mismos y de los otros como personas con necesidades y deberes.
  2. Ponerse en el lugar del otro, experimentar la empatía, la cooperación solidaria y justa.
  3. Organizarse para vivir mejor, realizando la correcta distribución y en el ejercicio del poder.
  4. Generar un clima escolar positivo donde se superen las dificultades que vienen con el trabajo.
  5. Lograr las metas conocidas y deseadas y alcanzar los perfiles deseados.
  6. Plantear y resolver los conflictos sin violencia.

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